MODISMO HEBREO DE PERMISO

DIOS ES BUENO SIEMPRE

La Palabra de Dios nos da a conocer claramente la naturaleza del verdadero Dios, Él es bueno siempre. Por otro lado, la naturaleza del diablo, nuestro adversario, el ladrón, que no quiere más que hurtar y matar y destruir (Juan 10:10) se yergue en completa oposición a la naturaleza de Dios. El diablo es malo siempre. Para vivir en el poder de Dios, debemos mantener una imagen mental clara de la bondad de nuestro amoroso Padre celestial y de la maldad del diablo. Dios nunca le hace mal a la humanidad. Las personas que piensan que Dios es quien les manda las enfermedades, los hiere o los mata le están atribuyendo perversidad o maldad a Dios, y eso es incorrecto porque Dios es luz y en Él absolutamente no hay tinieblas (I Juan 1:5).

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

S.Juan 10:10

Éste es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.

1 Juan 1:5

Sin duda que hay muchas contradicciones aparentes en la Biblia que se derivan de la idea errónea de que Dios le hace daño a la gente o mata a las personas. La mayoría de estas contradicciones se pueden conciliar al entender adecuadamente la figura literaria llamada: Modismo. Un modismo es una expresión coloquial, una expresión fija propia de un lengua, cuyo significado no se deduce de las palabras que la forman. Un modismo también se puede describir como el uso de las palabras en una cultura que tiene un significado distinto al aquel estricto que aparece en el diccionario. En Las figuras de dicción usadas en la Biblia, E.W. Bullinger explica que la lengua hebrea tiene un modismo de permiso, este es un uso peculiar de palabras en donde el verbo activo se usa a veces para expresar, no que la cosa se ha hecho, sino más bien el permiso para que la cosa realizada se lleve a cabo.

Por ejemplo, cuando Éxodo 10:20 dice que Jehová endureció el corazón de Faraón, significa Jehová permitió que el corazón de Faraón se endureciera. Cuando 2 Samuel 6:7 dice que Dios le hirió [a Uza], más exactamente significa Dios permitió que Uza fuera herido. Cuando Génesis 19:24 registra que Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego, esto se debe entender como Jehová permitió que azufre y fuego lloviera sobre Sodoma y Gomorra.

Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los hijos de Israel.

Éxodo 10:20

Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.

2 Samuel 6:7

Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos;

Génesis 19:24

Al comprender la verdad fundamental de que Dios es bueno siempre, podremos apreciar más de cerca y entender porqué y cómo la Palabra de Dios utiliza este modismo de permiso de modo que nunca le atribuyamos falta de cordura, ni maldad, a Dios.

Hay dos factores principales que contribuyen a la frecuencia de este modismo en la Palabra de Dios. En primer lugar, el Adversario y sus actividades no se dieron a conocer completamente hasta que Jesucristo vino y las expuso abiertamente. En segundo lugar, el libre albedrío del hombre de aceptar o rechazar la ley de Dios le permite ya sea aceptar la Palabra de Dios y recibir las bendiciones asociadas a este acto o rechazar la Palabra de Dios y recibir las consecuencias. Al ver estos dos factores en el contexto de la Palabra amplía aún más nuestra comprensión de la utilización de este modismo hebreo.

EL ADVERSARIO NO FUE EXPUESTO POR COMPLETO HASTA QUE JESUCRISTO LO HIZO

La gente en el Antiguo Testamento sabía un poco sobre el diablo, los espíritus malos, y las influencias espirituales. Los profetas también hablaron sobre el Adversario (Isaías 14:12-17 y Ezequiel 28:13-19), pero a menudo estaba expresado en un lenguaje figurado (Ezequiel 28:12). La gente estaba consciente de que los espíritus malos afectaban negativamente a la humanidad. Sin embargo, no fue sino hasta que vino Jesucristo y llevó a cabo su ministerio público que realmente se expuso la red y el funcionamiento del reino de los espíritus diabólicos. Jesucristo nos aclaró cuál es la voluntad del diablo, al cual describió como un ladrón y nos dio a conocer cuáles son sus objetivos.

¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?

Isaías 14:12-17

Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.

Ezequiel 28:12-19

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

S.Juan 10:10

Observe la forma enfática que utiliza: El ladrón no viene sino para... Esto abarca la única razón de sus acciones. Jesús, en cambio, vino y declaró al único Dios verdadero para que pudiéramos ser victorioso sobre el reino de los espíritus malos y pudiéramos vivir en abundancia. Él les enseñó a sus discípulos a vencer sobre su adversario personal, dándoles poder sobre el reino espiritual.

Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

S. Lucas 10:17-24

A los profetas del Antiguo Testamento les hubiera gustado saber lo que Jesucristo les enseñó a sus discípulos. Sin embargo, la exposición total de la trampa no ocurrió sino hasta después de la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo y el envío del poder del espíritu santo en el día de Pentecostés.

y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Colosenses 2:15

Aunque los creyentes en el Antiguo Testamento no estaban plenamente conscientes de las fuerzas espirituales que estaban en funcionamiento, aún podían expresar lo que estaba pasando por medio de este modismo de permiso. Por otra parte, y algo importante de notar, Dios instruyó específicamente a su pueblo, en ocasiones, que ni siquiera mencionaran el nombre de los dioses falsos.

Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca.

Éxodo 23:13

para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos.

Josué 23:7

Debido a esto, en lugar de decir que el diablo, o Belial, hizo algo, la gente diría que el Señor permitió que la cosa ocurriera. Esta figura literaria le permitió a la gente expresar lo que estaba pasando y aún así representar a Dios como soberano y en control de la situación.

Los Libros de Samuel están escritos desde el punto de vista del hombre (desde una perspectiva humana), y revelan el conocimiento limitado del hombre sobre el reino espiritual del Adversario. En 2 Samuel encontramos el modismo hebreo de permiso al hablar de la numeración de Israel.

Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.

2 Samuel 24:1

Sin embargo, Crónicas, escrito desde el punto de vista de Dios (desde una perspectiva divina) y con la correcta comprensión de las fuerzas espirituales que trabajan en el mundo, dice la verdad literal.

Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel.

1 Crónicas 21:1

A decir verdad, aquí no hay ninguna discrepancia. Al entender el modismo hebreo de permiso se disuelve la aparente contradicción. Otro ejemplo del uso de este modismo a la luz de la limitada comprensión del hombre se ve en el libro de Job. Dios hizo que el relato de Job quedara escrito porque tenía en mente un propósito mayor: mostrarnos la bondad de Dios y la maldad del diablo.

y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

Job 1:21

Este versículo parece estar en completa oposición con lo que el libro de Santiago nos dice acerca de la naturaleza de Dios.

Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Santiago 1:16-17

Dios no es variable. Él no es caprichoso. Su voluntad no fluctúa. Él no se contradice. No da y después decide quitar. Una vez más la comprensión del modismo hebreo de permiso es necesaria: Jehová dio, y Jehová permitió que se le quitará. Job sabía que fue su propio miedo lo que trajo la devastación sobre su vida.

Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía. No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; No obstante, me vino turbación.

Job 3:25-26

Al leer el relato de Job, Dios añade detalles necesarios para nuestro entendimiento. Sin embargo, Job no estaba plenamente consciente de las fuerzas espirituales involucradas. Él no tuvo el lujo de leer Job 1:6-12 como nosotros. Job sabía que tenía un adversario, pero inicialmente no sabía mucho sobre él. Más adelante en el relato, lamenta no haber sabido más sobre su oponente.

Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.

Job 1:6-12

¡Quién me diera quien me oyese! He aquí mi confianza es que el Omnipotente testificará por mí, Aunque mi adversario me forme proceso.

Job 31:35

Fue el diablo quien le robó la salud a Job y quien mató a sus hijos. Fue el diablo quien destruyó su reputación y quien quería, en última instancia, destruirlo al llevarle a maldecir y a culpar a Dios por todo el mal que sufrió. Sin embargo, Job nunca maldijo a Dios. En medio de la devastación que le produjo el ataque del Adversario, Job nunca sucumbió como el diablo quería que lo hiciera. Nunca le atribuyó falta de cordura, o maldad, a Dios (Job 1:22; 2:10). Job sabía que nada de la maldad y del dolor que sufrió provino de Dios. Dado que Job es el primer libro de la Biblia que Dios hizo que se escribiese, podríamos considerar ésta la lección más antigua y más fundamental de todas.

LA LEY DE DIOS Y EL LIBRE ALBEDRÍO DEL HOMBRE

Además del conocimientos limitado que tenían los creyentes del Antiguo Testamento en cuanto al Adversario, que contribuyó al uso frecuente de este modismo, el segundo factor importante se debió a la relación entre la ley de Dios y el libre albedrío del hombre. El libre albedrío es un derecho sagrado que Dios le otorgó al hombre y Él nunca lo sobrepasará. Dios le ha permitido a los hombres determinar sus propias vidas mediante el control de su pensamiento para, ya sea, creer su Palabra y aceptar su voluntad o no creerlas y rechazarlas.

He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.

Deuteronomio 11:26-28

Dios nos entregó su Palabra para protegernos de nuestro Adversario. Cuando lo respetamos y guardamos sus mandamientos, Él puede cuidarnos.

Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy.

Deuteronomio 6:24

Cuando Dios instauró el libre albedrío, frente a la posibilidad del bien, tuvo que originar una alternativa. Tenía que haber otra opción que fuera distinta a la perfecta belleza y orden que Dios había creado e iniciado. La creación de Dios era perfecta hasta el día en que se encontró iniquidad en Lucifer (Ezequiel 28:12-15). Dios no creó a Lucifer malo. Más bien, Dios le dio el libre albedrío de amarlo y servirlo. Para que hubiera libre albedrío se necesitaba la alternativa del mal. Éste se manifestó por primera vez en Lucifer. Dios le dio este mismo libre albedrío a toda la raza humana.

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.

Ezequiel 28:11-19

Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

Jeremías 2:19

Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová para irritar los ojos de su majestad. La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para sí. Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos. ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.

Isaías 3:8-11

A través de toda la Palabra, Dios deja muy en claro su voluntad: Él no quiere ni que los malvados mueran. Él quiere que el malvado cambie sus malos caminos y crea en su Palabra.

Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?

Ezequiel 33:11

Si el malvado dejara sus malos caminos, Dios podría protegerlo y preservar su vida. La voluntad de Dios nunca es lo inconstante en las situaciones de la vida. Lo inconstante es la respuesta del hombre a la Palabra de Dios. ¿Va a creer y apropiarse de las bendiciones o rechazar la Palabra y recibir las consecuencias?

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

Isaías 59:1-2

Dios le ha dado al hombre el derecho de elegir, y Él no violará ese derecho.

Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.

Deuteronomio 30:15-20

La Escritura no puede ser quebrantada. Por tanto, cuando la gente quebranta las leyes de Dios, en esencia, se quebranta a sí mismo en la ley de Dios. Dios le dio al hombre su Palabra. Cuando los hombres creen y actúan en forma consecuente con ella, son bendecidos y protegidos. Cuando los hombres se rebelan y se niegan a escuchar la Palabra de Dios, Dios ya no puede protegerlos. Dios reconoce la santidad de la elección del libre albedrío. Él nunca va a violar el libre albedrío que el hombre tiene para escoger. Cuando el hombre decide quebrantar la ley de Dios, recibe las consecuencias de su desobediencia.

Si un hombre salta de un acantilado y se suicida, entenderíamos que el hombre fue responsable de su propia muerte. A pesar de que Dios es el que estableció la ley de la gravedad, no diríamos que Dios mató al hombre porque el hombre violó la ley física de la gravedad que Dios creó. Del mismo modo, Dios no es responsable de las consecuencias que sufre el hombre cuando este quebranta las leyes espirituales de Dios. El hecho de que Dios declare cuáles sean las consecuencias de la incredulidad no significa que Él las imparta activamente a la humanidad. ¿Por qué querría un Dios amoroso alguna vez hacerle daño a la gente o matarla? ¡El punto es que Él no lo hace! La Biblia enseña en Hebreos 2:14 que el diablo tiene el poder de la muerte. Él es el que trae y causa la calamidad, no Dios.

Y arreciando la batalla contra Saúl, le alcanzaron los flecheros, y fue herido por los flecheros. Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y hagan escarnio de mí; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada, y se echó sobre ella. Cuando su escudero vio a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada y se mató.

1 Crónicas 10:3-5

Es evidente a partir del registro aquí y en aquel de I Samuel 31:3-5 que Saúl se suicidó. Sin embargo, aquí en Crónicas el pasaje continúa y muestra la razón subyacente de la muerte de Saúl: Él violó la ley de Dios.

Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.

1 Crónicas 10:13-14

Aquí vemos claramente este modismo hebreo de permiso. I de Crónicas 10:4 dice que Saúl se mató, y I de Crónicas 10:14 dice que Dios permitió que Saúl se matara. Saúl trajo la consecuencia de la muerte sobre sí mismo porque abandonó al Dios verdadero y se volvió hacia el reino de los espíritus malos, y Dios tuvo que permitirlo. El diablo es el que tiene el poder de la muerte, y él fue el autor y quien instigó la muerte de Saúl.

Echemos un vistazo a algunos otros ejemplos de este modismo hebreo de permiso.

Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales.

Éxodo 12:29

Una vez más, este versículo contradice todos los versículos claros sobre el tema. La adecuada comprensión de este versículo es que... Jehová permitió que todo primogénito en la tierra de Egipto fuera herido... Echando un vistazo más de cerca al contexto, veremos que hay un versículo de las Escrituras que trata de la muerte de los primogénitos, tanto idiomáticamente como literalmente. La primera parte del versículo que maneja la parte idiomática [aquella parte que es propia y peculiar de la lengua en cuestión].

Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios:

[permitirá que los egipcios sean heridos]

y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir.

[La segunda parte del versículo explica lo que sucedió literalmente]

Éxodo 12:29

El heridor, el diablo, literal y activamente mató a los primogénitos. Dios simplemente tuvo que permitir que esto sucediera porque los egipcios no obedecieron su Palabra. Dios sabía que el diablo actuaría de esta manera, así que Él previó la protección de su pueblo. Durante la Pascua, Dios le dio a su pueblo la Palabra. Si ellos llevaban a cabo la Pascua del modo en que Dios lo dijo, al poner la sangre del cordero en los postes y el dintel, Él los protegería y no permitiría que el diablo, el destructor, matara a sus primogénitos. Si la gente no obedecía, Dios no podría protegerlos, y el destructor tendría entonces el permiso de matar a los primogénitos.

A menudo surge la pregunta de por qué el Adversario habría de matar a su propia gente. Una vez más, la naturaleza del Adversario es hurtar, matar y destruir, y sucumbe a ella incluso cuando esto signifique, a veces, la muerte de su propia gente. Además, si él tiene la oportunidad de matar, mutilar o dañar y hacer con esto que Dios reciba la culpa, lo hará. No hay nada que le agrade más al Adversario que hacer que la gente le atribuya el mal a Dios. Ahora, cuando leemos que Dios activamente causa daño, lesión o muerte, usted puede reconocer que está frente al modismo hebreo de permiso.

RESUMEN

Reconocer y comprender el modismo hebreo de permiso nos permite dividir correctamente la Palabra de Dios y no atribuirle el mal, o falta de cordura, a Dios. La frecuencia de este modismo en el Antiguo Testamento se debió en parte a la falta de conocimiento de las fuerzas espirituales que estaban en operación. También se debió a la instrucción específica que Dios le dio a Israel, a veces, de ni siquiera mencionan los nombres de otros dioses. El libre albedrío del hombre para aceptar o rechazar la ley de Dios también contribuyó a su frecuente ocurrencia.

La comprensión adecuada de la relación que existe entre la ley de Dios y el libre albedrío del hombre demuestra que el hombre se auto adjudica el mal cuando quebranta las leyes de Dios y camina fuera de la protección de Dios. DIOS NOS DIO SUS MANDAMIENTOS PARA PROTEGERNOS DEL MAL. La forma en que se expresó el modismo mantuvo siempre a Dios en control de las situaciones y su soberanía se vuelve incuestionable. Cuando el hombre se encuentra fuera de “aquel recinto fortificado” donde está la protección de Dios, es presa del diablo, que como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

1 Pedro 5:8

Para que podamos vivir en el poder de Dios, debemos tener una imagen mental clara de la bondad de Dios y la maldad del diablo. Asegurémonos de que entendamos la verdad de que Dios es luz y en Él absolutamente no hay tinieblas. Al mantener una imagen clara de la bondad de Dios delante de nosotros, podemos vivir en el poder de Dios. El libre albedrío que tenemos para creer y hacer la Palabra nos permite apropiarnos de las bendiciones de Dios y nos mantiene en el centro de su voluntad, protegido por los brazos eternos de nuestro amoroso Padre celestial.

¡Que Dios los bendiga!

Reverendo Wayne Clapp.

Traducción del inglés al español por Patricia Muñoz.